mercoledì, settembre 12, 2007

Graciela



Quisiera ser un poco como tú, sólo un poco.

Quisiera llorar como tú, sentir como tú. Aprender a luchar, creer, tener tu consecuencia y ser sin temer tanto.

Quisiera ver la vida cómo alguna vez la viste. Adueñarme de sus abrazos, conocer a la tierra como era antes de convertirse en nada.

Quisiera tanto haber nacido como tú, más sencilla y llena de honores. Haber elegido bajo una cama esconderme de la oscuridad, bajo una mesa acompañar a mi madre. Quisiera tantas veces haber sido tan buena como tú, no tener absurdos, no creerme de cristal.

Quisiera dejar de extrañarte, botar la gran pena que tengo cuando en las noches no te siento, alejar la cobardía de mi alma y aceptar que algún día todo deberá terminar.

Quisiera que tal vez entendieras que eres única y la más hermosa.

Quisiera poder saber lo que es extrañar de verdad sin haber siquiera conocido el amor de un padre.

Tantas veces he llorado, tantos y tantos fueros los tiempos que a tu lado pasé cuando nadie podía salvarme. No tengo forma de contener los recuerdos. Ya no hay manera de comprender a los errores que he albergado.

Sin embargo, aquí siempre has estado, en el perdido rincón de mi inconciencia apareces. Viva, pensante, eterna y verdadera. Eres mi todo, mi amado tesoro, lo más hermoso que alguien ha podido darme, lo más preciado que alguna vez he conocido. Eres mi madre, para mi eres mi madre y no tan sólo un ángel plateado. Eres una amiga sabia con corazón de gigante, eres lo que nadie más abarca, lo que todos desconocen y creen no necesitar.

Mas quisiera poder detenerte otra vez, decirte con toda la piel que yo soy tuya pues sin ti no sé que hacer. Eres mi cariño. Mi cariño ha sido construido desde cenizas para las generaciones. Eres tú, desde que supe decir por favor. Eres tú como antes tu madre, luego la mía quien casi hermana me tuvo para enseñarme que tú eres la que ha juntado todo y ha enseñado a ser sin querer dañarnos. Y es sólo porque eres tan hermosa, hermosa como nunca ha sido nadie capaz de hacerme sentir el amor con una sola palabra.

Mas no logro vencer el dolor que tengo cada vez que no puedo verte. No puedo destruir a los fantasmas que atormentan tu andar. Ese andar cansado y lleno de nocturnos.

Ese andar nocturno y lleno de retazos. De retazos llenos de pasado que hacen de mi algo casi irreal y que te convierten en la reina de la vida, en la vida de la misma naturaleza.

Porque siempre has de ser, lo primero que pienso cuando pretendo crecer. Porque siempre fuiste la madre de todos mis pensamientos. Un te amo no es suficiente. Porque no es suficiente que tanto piense, si decir que “soy por ti” es lo primero.

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