lunedì, gennaio 10, 2011

Incluso alucino



SUGERENCIA: ANTES DE COMENZAR A LEER, FAVOR PONER
Cocteau Twins - Serpentskirt,
EN CUANTO CARGUE EL ARCHIVO PONER PLAY, Y LUEGO PROCEDER A LEER ESTE TEXTO, GRACIAS. (^_^)

ATTE TANYA SILVA HOPE

Por un momento, tumbé mi cuerpo junto al suyo, unos cigarros, unas canciones, mirando hacia el infinito y estando acá sin movernos, ese infinito de las ocho de la tarde, eso que no quería mirar, sacamos un poco más de aquello en ese lugar cualquiera del gran imperio de las luces.

Sin tocarlo, mi cuerpo se entumece, una vibración enloquecida con aroma verde roza su brazo sin tocarlo realmente. El hálito de la tarde noche me abraza en un trance culpable. Me siento deseosa, mis manos tiemblan, evito mirarlo, me cuesta creer que tenga que contener la respiración para que no suban los colores a mi cara. Me río, me escondo, imagino otra cosa, me voy a otra parte, me evito, evito lo que sé y siento.

Sin embargo, sigo soñando, sus olores me embriagan, el aroma de su piel se multiplica junto a los poros de cada cosa que rodea nuestro espacio. Nosotros entre lo escondido, nosotros los fugados, los idiotas entre él y el sentido, entre ella y la cordura. La piel se nos estira, suspirando, mugiendo, ladrando me enredo entre su cuello, entre esas clavículas perfumadas atacan y poseen. Las costillas se encogen, redes de piel y hueso que se asoman como arpa perfecta entre mi humedad y el sonido de la noche, se encogen junto con mi torso. Entre respiros me incorporo consciente, se desmenuzan los años, los besos, las manos cayendo en el todo de no vernos, cayendo y cediendo entre la suavidad de lo que olemos, descubrimos y temblamos.

Te descubro, disimulas, me descubres, imagino, cambiamos las palabras por el aire y en un par de segundos vuelvo a verte entre la oscuridad y mis sensaciones. Es una emergencia porque la luz se apaga, porque mi boca devora tu oído, devora tu frente, tu espalda y no pretende detenerse. Te sujeto, me sujetas, me levantas, te detengo, es en esta oscuridad que siento que yo me quedo sobre ti mostrándote un poco de lo humano, mi humanidad real y hecha sin copiar nada de lo que pude aprender por equivocación. Me muerdes la vida, la garganta, la muerte, te saco la espina, te observo sin vergüenzas. Emergencia, es esta sensación de un cuarto lleno de hambre, llamando enfermo al inconsciente, al vagabundo, al sediento, al estúpido, como si no hubiese nada más que nosotros y este maldito momento.

Pienso, la aceleración te toca, como animal te rozo, te enredo, te descuido. Llego a tu pecho, apretando tu espalda me sujeto a la idea de matarnos a besos, llegando al cuello, diciéndole a la boca que no nos deje solos, diciéndole a tu cuerpo que nos deje volar a la imaginación sin ruido. Mi lengua respira cual serpiente entre tus dientes, recorre tu cuello, camina por tus montes, mientras, como una cobra me doy vueltas, como un animal que desea apretar, apretar y saciarse, apretar y controlar, bailando como siempre entre los espirales de semillas y lo que hay debajo de tus ropas, como tu espalda con mi pecho, inmovilizadas y dispuestas, como tus manos y mis piernas, tus piernas y mis manos, vivos en perfecta sincronía, matándonos poco a poco sin quererlo. En esa respiración que asfixia y grita para que vuelvan a luchar cada cinco segundos…

Espera....espérame...

Tumbada no ha sucedido. Suena el teléfono. Despierto. Casi volvemos. Caminando, me miras riendo, me miro casi en negro. Respiro, suspiro. Sé que se tienen que ir todos, todos junto con la imaginación. El humo. Es un lugar cualquiera del gran imperio de las luces...