lunedì, dicembre 31, 2007

Imagen sin


Una película sin subtítulos; dramática, satírica, utópica, lúdica, estratégica, cómica, horrenda, fraternal, hermosa, mentirosa, impresionante, animal, gigante, asexuada, maldita, italiana, muda, budista, en blanco y negro, magenta, a veces, esta película; es.


El tiempo no espera a nadie. Fue hace veinte y tantas horas que dieron las nueve de la mañana, hace una semana que estuve en Quinta Normal, un mes que estuve con mi hermana mayor, hace seis meses que viajé a Linares, un año que no lo podía creer, hace dos que no podía levantarme de la cama, hubo un tiempo que comí sólo rabia, sentí dolor y hace unos cinco años que no tengo recreos con timbre de salida. Sin embargo, hay que seguir, porque camina camino que nos queda cabeza, aunque, me mantengo recordando.


Vivimos recordando gracias nuestra máquina cerebral, almacén de nombres, olores y jugador principal de conocimientos, nuestro mejor enemigo. Mas, nunca es suficiente, nada pareciera que nos satisface al momento de recordar o vivir, por eso recurrimos a objetos que nos inyectan despiertos lo mismo que producimos cuando dormimos. Así, jugamos con la computadora, emulamos a la realidad, jugamos con la televisión, creamos espacios tras, sobre, entre y bajo otros espacios, sólo para sentirnos dueños de múltiples realidades, para olvidar a la que nos rodea y jugar con la mejor intención sin notar el sabor implícito del “control por sobre todo”.

“Soy un gladiador. Tengo alas. Soy un oso. Soy una bestia. Soy una Amazona. Soy un país, un camión, un auto, una llave, hormiga, soy una telaraña. Puedo ganar.”

Estando solos nos sentimos eternos, saltando imaginarios, usando máquinas, escuchando ruidos que en la costumbre logran ser hermosos para luego semejarse al concepto de música, enajenamos a la realidad para sentirnos mejor ¡NO!
Miramos cuerpos, moldeamos y nos moldean ideales, escupimos inseguridades y nos escupen por no ser “parecidos” pues sólo somos “feos” y los feos no sirven si estos no desean dejar de serlo, si son extraños, si piensan mucho, si no saben comunicarse perecerán. Y así, nos recalcan con sus discursos subliminales que somos la necesidad de la necesidad, vamos por la vida escuchando el resonar de los discursos impersonales del sistema, porque debemos ser un hombre o mujer que maneje bien sus irrealidades para que cuando pretenda hacer algo real decante, sucumba o se detenga, se detenga al notar que es imposible lo que piensa. Pues la vida los rellena de miedos, miedos al rechazo, miedo a fracasar ¿Y si lo pensando es un Fracaso?
Es lo absurdo de lo pensado, la cabeza es absurda, yo nunca he hecho nada…
Centenares de baldes de aceite caen sobre el mundo real, mundo ahora absurdo, absurdo controlado, absurdo detenido, absurdo manipulado. Los grandes hombres del sistema logran que otros recuerden su inadaptabilidad, su hipertrofia social y mental, manteniendo así en control a los demás que rechazados se ocultan en sus casas pensando como lograr lo increíble hasta drogarse por completo de sí mismos, forzados a ser estúpidos por el bien del sistema.

RECHAZADO INADAPTADO RECHAZADA ESTÚPIDO TARADO ENAJENADO



Hoy la mayoría de los seres bípedos y que manejan algún tipo de lenguaje se comunican por medio de las redes interconectadas. Ya no corresponde pensar que sólo los nerds computines son los mejores amigos de la obesidad, la antisocialidad y la discapacidad adaptativa de años atrás. Hoy, la mayoría de los seres humanos, tienen por mejor amigo a la televisión, Internet y/o al computador y por ende el porcentaje de discapacidad social ha ido en aumento con el pasar de los años. Situación que “pareciera” que nos arrincona cada vez más a ser los enemigos de emociones normales como el rechazo, obsesos por evitar la realidad o suprimir el sufrimiento. Relegando a la mayoría a ser observadores, concientes o inconcientes, a ser marionetas sobre un sillón, sofá o silla a jugar con la cajita de los sueños del mañana. Inventando colores, personajes, formas de ser, etc.

ES UNA PELÍCULA que los mantendrá como protagonistas y guionistas por siempre, situación atractiva para los manipuladores de “Plano Americano”, para los rechazados, para los cobardes, para los malditos, para los don nadie, quienes nos han dado a conocer la idea de ser la necesidad de la necesidad.

Materializando lo insoportable

Recostados, sentados, de pie, cantando, corriendo, tocando, caminando, dormitando todos cambian de canal desde alguna parte del globo en este momento.

“Hay leones, avestruces, cacatúas y cocodrilos. Las mujeres en Vietnam recogen arroz. Hombres en Zaire Niños en Ruanda. Perros de Nueva York que son asesinados por un grupo de nazis. Violadores en Japón. Caen los muros de Berlín. Cuatro grados en Malasia. María Antonieta está siendo guillotinada. El río Nilo cada vez está más seco. Caen los Kamikaze sobre Pearl Harbor. Las maravillas del mundo comienzan por la muralla China. La hija de cierta ex modelo es entrevistada en el cable. Matan a un niño y a su madre. Recabarren habla con los trabajadores chilenos. Mientras jugaban en el patio de su abuela matan a cinco niñas. La miscelánea de los canales nacionales embadurnan de idiotez a los promedio. Miles de cámaras salen de sus regalos en este momento. Cien hombres corren por Oakland. Nace el hijo de algún político. No hay nada que ver en la televisión."

No comprendo. No comprendo para qué las series de la niñez armaron a miles, por no decir a todos, de historias sobrenaturales, de monstruos, hadas, sirenas, piratas, soldados y demases, si hoy la imaginación no le sirve a todos esos miles. No comprendo cuando me detuve a pensar en el tiempo. Si es necesario saber que la razón de nuestra búsqueda del Ser feliz se basa en el control. Si las imágenes soportan, crean o alimentan a nuestras inseguridades, si nos alimentan de basura “feliz” e irreal, nos inflan de risas, llantos y sentimientos olvidados y que olvidamos, redireccionándonos cada vez que no tenemos a alguien que nos importa para conversar. Comprendo que mientras más vivo más comprendo que la realidad es tan fina como lo demás, sin embargo, no todos están “de más”, pero no comprendo por qué la frase de algunos es desaparecer si en primer lugar es lo que ellos no esperan, es lo que la atención les deja a esos hijos de la idiotez perfecta.

¡ATENCIÓN!
¡Ambición!
PISOTEAME
¡COMPITE!
IMBÉCIL… bello.


Las Diferencias no existen en lo aparente sino que se sustentan de lo igual para reafirmarse mientras alguien crea que existen.


Las imágenes, quieren que necesitemos de ellas, desean que sus realidades múltiples sean lo primero para nosotros. Y es porque usamos sin pensar que es abuso de las imágenes ¿Cuántas imágenes se cruzan con “nosotros” diariamente?
¿Cuántas copias perfectas deambulan entre nosotros?
Son telas, se pintan, cortan, alargan, enanchan, agrandan o quitan para tratar de diferenciarse de todos estos iguales que caminan en pos del tiempo. Nos pintamos, nos alargamos, engordamos, adelgazamos, porque las necesidades del instinto del hombre del siglo XXI se basa en las imágenes y control del tiempo imposible. Porque cada uno por separado interactúa desde el Ego para tratar de llegar a los otros, otros que no son sino cerdos elegidos para la merienda, elegidos para ser usados.

mercoledì, dicembre 05, 2007

NO 1984


La necesidad de tener un homónimo pareciera que por estos días es total y absolutamente necesaria para la gente como yo. Gente que no es ni muy baja ni alta, ni muy sureña ni muy nortina, que ni siquiera sabe si Chile es su casa, gente que, tal vez, desconoce la razón de su misma procedencia.

Al mirar los caminos, pensaba un poco de todo. Estuve una hora apoyada del vidrio de un bus, jugando con mis dedos y la corriente tibia del Santiago capital, mientras mi cabeza se sacudía y con ello las inseguridades se sentaban junto a mí.
Miré a la gente pasar, seria, inmaculada, ellos miraban como si quisieran algo. Algo basado en suposiciones ridículas de un lenguaje que no tiene más espacio que en mi imaginario o ¿será en el “nuestro”?

NO

Y así, recordaba, por qué me gusta tanto salir a pasear....

La música inundaba el calor de la ciudad, la intolerancia a las sacudidas de micros me despertó un tanto de 'la actualidad', para remontar a la esencia del mareado infante, quien sin control siempre pide una bolsita al papá o le dice a la mamá que le duele la guatita y que porfavor pare el auto…porque no puede seguir viajando.

El aire tibio jugaba entre mis dedos, lo mejor era la música y el tambor latino de lo que oía por mis audífos traperos. Pasando por recuerdos, mientras viajo, me resbalo por los asientos grises. Unos escolares me miran. Su helado rojo y amarillo se derrite por entre sus dedos. Esa imagen fue agradable, hasta que una de ellos me mostró la suciedad del tira plásticos por la ventana. Seguí mirando los autos, cambié de canción y seguí recordando. Los rayados de antaño en las micros de provincia eran mejores que la pseudo pulcritud de estas cuncunas deformes que quieren imponer como orden y ley, sin tener nada de lo anterior dicho. Recuerdo aquella música tropical del chofer, el buenos días y buenas tardes en la micro, los asientos juntos, su escaso espacio, el ceda el asiento con monitos rojos, el sillón del junior al lado del chofer, mis rodillas apoyadas sobre la madera del que va sentado adelante, las cortinas verdes o marrón de las ventanas, viaje que hoy extraña a los sillones de ‘cuerina’ que hoy de plástico hacen cada vez más incómodo el viaje y que sólo me recuerdan "que lo sucio de antes es hoy más limpio que nunca".

El calor se elevaba cada vez más, mi vestido rayado no ayudaba a olvidarlo. Un cantor ambulante sin canto, un vendedor de helados derretidos y caros, unas mujeres hablando fuerte, el viejo coqueto que no sabe lo que mira pero sabe lo que hace, yo sin querer, observando, por fin estaba en mi naturaleza, observando...como antes.

Ya casi llegaba al parque, mi reloj marcaba las tres de la tarde. Tenía muchos deseos de compartir este momento con alguien, alguien amado o amada, pero el tiempo es malvado y me los quita siempre que los requiero. Debo aceptarlo, la gente crece y cambia. Apreté el botón para bajar. Caminé por entre la gente y, mientras miraba a la fauna capital de aquel lugar, mi cerebro no paraba de gritar que sólo paz tenía para disfrutar en ese instante y que debía aprovechar el tiempo.

No había razón. Sentía pena. Tenía nostalgia del eterno compañero, de mi ideal irreal, extrañaba así a ese padre o madre que estaba contigo a todas horas, de aquel protector como nadie, aquel maestro que hoy no tiene sentido. Mas, sentía que era la hora de los que no están y el tiempo para recordar que lo que has dicho siempre, nacimos solos para morir solos, no quiero que se cumpla. Subí el volumen y seguí andando entre la tierra. Quise olvidar, erradicarme " no 1984, no 1984". No perteneces, no correspondes, no existes aunque te vean. No eres. No hay conjunto que te retenga. No hay hombre que te ame y no te odie. No hay amigo que no quiera tu mal. NO 1984, NO. A lo lejos, niños, volantines, parejas, botes, motos y tú. Me subí sin titubear, pasé entre unas pequeñas gemelas de unos tres años que gritaban felices, mientras sus papás corrían. La canción era “Duvet” y yo sin tiempo. Puse mi bolso sobre mis piernas, lo aseguré entre mi brazo y el equilibrio. Comencé a volar. Cada vez más fuerte, adelante y atrás, adelante y atrás. No pensé. Miré mis pies. Reí. Era exquisito ¡Mamá, más fuerte, más fuerte! Tú y ella, aquel y usted, miren que estoy volando...

El celular sonó para desgarrarme, frenando aquel “se siente bien”, para despertarme desnuda entre aquella peligrosidad sucia, sola y agreste plaza, y un joven adulto que no quiere dejar de ser niño. Y otra ves sucedió...Caminé. Lloré. Me mentí y escapé de allí. No quise recordar lo que oí, "NO 1984 ¿Quién te quiere? ¿Quién te trajo? Ven conmigo. Sólo si no nos ven. Quédate, sólo si eres para mi. NO 1984, eres aún una niña, por eso no vales lo que quieres. Nunca lo pediste. Se hacía cada vez mas tarde y sólo quería un abrazo. Abrazo insignificante que busqué luego en un amigo, el cual me recordó lo que no quise saborear...

¡Maldito, Maldita soy!


Soy odiada, evitada, querida y no me basta. Eres mala porque nunca agradeces. Nada es suficiente para ti. Todos somos pequeños. Insegura, ¡Maldita! ¡Mátate perra! todos te usan. Tu padre, tu hermana, tu misma te usas para matarte pensando en lo inevitable del ser...NO.

Sin embargo, existo, me reconocen y consideran para matar y para todo lo vivo. Para pensar entre dos y morirme sola sin poder evitarlo.