lunedì, giugno 27, 2011

Si no siente no aprende

Si te ofrezco y no hay respuesta, no te apenes que me olvido,

De los besos, del camino, de tu aroma en el retraso.

No hay cariño sin pedazos, ni dulce amor empedernido, sin castigo en el ocaso, cuando dos valientes quieren algo en la brecha del decido.

Si te llamo y no te veo, no te asombres si no vuelvo,

De tu casa, con tu nombre, sin tu olas en mi espalda,

¿Qué no ves cómo lo digo?

¿Acaso sin oído estás que no escuchas lo que canto?

Por las calles mis quebrantos, día a día entre versos sin espantos.

Pues si no lees lo que escribo, no me mires con desdén,

¿Qué no ves que yo te quiero?

Mas tu juego es el veneno de tantos cantos hechos fuego.

Es tu risa, son mis modos, es tu cuerpo junto al mío,

Deja ya de tanto hastío. Dime: sí, te amo y basta,

que el tiempo corre y se desgasta, hasta perderse entre los que ya se han ido.

lunedì, giugno 20, 2011

El corazón se acelera, el cuerpo tambaleante se sujeta a saltos desde la tierra mojada, la fuerza te hace a la pista, las muñecas se aprietan, los músculos despiertan con tu nombre a cuestas.

Respirando, somos todo entre tanto viento. En tanto, desde la frente se human los dolores y el espanto. La rapidez cae con un par lágrimas entre movimientos, suspirando ese quizás nada, ese: nada de lo que huyes estás dejando atrás…

lunedì, giugno 13, 2011

A mi no me importó. Desarmado y herido estuviste esperando, perdonando los silencios, intentando hallar lo que no pudimos sostener.

A mi me importó. Orgulloso y seguro caminaste, sin esperar que cambiaran las palabras, los hechos, diste la cara vuelta, torciste las manos, seguiste para evitar perdernos.

La realidad me toca el hombro e indica que sin dejarte no valoras nada de lo que sucede o podría pasarnos.

¿Infantil?

En búsquedas sinceras entiendo, sin embargo, no defino nada. Sólo siento que el tiempo aplasta, me dice que no vales ni lágrimas, ni cambios o fuerzas, pues el miedo que te viste es mucho más alto que tú.

Es él quien nos habla cuando estas dudoso, es él quien me mira cuando besa tembloroso, es él quien evita despedirse para siempre

¿séra él quien nos diga si es que acaso sigues en el mismo punto que dejé atrás?

El reloj avanza, no importa, arrancas, desarmas, te vistes de tareas, te perfumas silencioso, para olvidar a saltos lo que siempre viene cuando nadie te ve. Mas es en tiempo muerto cuando yo me acuerdo que tu fuerza ya no es fuerza, y que se llama miedo el que nos habla...



mercoledì, giugno 08, 2011

No creo que tenga derecho a reclamos quien desde el asiento dice y no hace, repitiendo la rutina del marginado, quien obedeciendo a su sentencia, no hará nada más que quejarse hasta morir en su aislada obediencia.