Llegará marzo y se irá la enfermedad,
una ola enfadada botará toda la rabia desde su estómago azulado.
Los rostros se levantarán,
Gritaré por ayuda.
El cielo caerá burlesco ante los errores ajenos,
Leones y celestinas se juntarán riéndose de todos,
mirando con gracia lo que nos pasó al tiempo que amanece desde una ventana cualquiera, en cualquier parte de este gastado planeta...
Y se desvanece, el tanto y el tonto de los corazones que se juntan para derramar la pintura sobre la casa. Tanto hemos caminado, anduvimos de la mano por tantas aventuras y tristezas. Tanto que hemos querido, tanto que fuimos muchas veces, y regresamos otras llenos de esperanzas que no lograron más que despedirnos.
No soy yo, eras tu, no eras tu era yo, no éramos nosotros eran los demás, que siempre atacando la posibilidad de ser diferentes, agobiaban a mi mente y espíritu pensando en que, tal vez, buscabas frente mío algo mejor que yo, sin darte cuenta que uno puede ser ciego, mas no es tonto aunque tanto lo quiera.
Yo te jure amor, yo te jure que prometiendo íbamos a ser felices, intenté armar un castillo de caricias, castillo de oídos y suspiros. Pero a la nada se nos fue, arrastrado al fondo del mar, a la nada nos fuimos, perdidos entre la insistente necesidad de querer más de lo que teníamos junto a nosotros los ciegos.
¿No era acaso suficiente?
¿No fui lo suficientemente bueno?
¿No fui lo suficientemente clara?
Desde el corazón se me abre una ventana, dice te perdono y que me perdonas aunque no quieras. Siento pena por todo lo que no quise ver y estaba frente mío. Todo lo que disculpé porque ciega de amor estaba.
Mi mente está cansada...mi cuerpo necesita respirar....por una vez, por sólo una vez tengo que repirar hondo, exhalar, abrir los ojos y darme cuenta de todo…
