giovedì, febbraio 04, 2010

olaSolas

Decir algo…¿cómo empiezo?…cómo comienzo eso que quiero contar sin que parezca burdo, sin aparentar que soy de alguna clase, tendencia, color o raza ¿Cómo lo hago? ¿Cómo podría ser yo sin ser parte de algo? Así, por completo, solamente, yo…

Mi nombre es el que me pusieron un día cuatro de septiembre por los ochenta y tantos del siglo pasado. Era pequeña, era de pelo ralo, era morada, roja, amarilla, morena. Manos arrugadas, ojitos cerrados. Nacida de dos humanos, pedazo de carne sin consciencia, pedazo de enfermedad sin referencias. Olor a carne, sangre y huesos pulmonados. Concepción, fue en ese lugar el que en realidad nunca estuvo, ya que, Talcahuano lucho por mi vida al fin y al cabo.



Eran las Higueras Hospital. Pasillos verdes, blancos, pasteles, camillas, mujeres, enfermos, dictadura, miedo y mucha humedad…Me imagino que enfermeras de pelos negros, hombres de narices anchas, espaldas agudas, brazos de tijeras y frentes de sol fueron los que vieron a mi madre deambular por sus noches. Desde esos tiempos de casi primavera, tiempos de guerra y miedo y de hojarasca de metal.

…Humedad, humedad que todavía queda sobre los restos que llenan mi soledad (milanés de mi niñez)…

Concepción me llamó, me nombró Tanya unas cuantas veces. Sinceramente, no sé cuando lo noté, no sé cómo supe que era yo. Sé que entre las arboledas, el pasto, la arena, el frío, mi alergia y el mar, mi cuerpo débil trató de leerse, incorporarse entre los demonios de la gente, amar y entenderlos…

…Tanta maldad concentrada en un pueblo, en los animales, en el aire, en los sonidos, tanta indecencia, tanta mugre, tanta violación a la expresión, que no quisiera seguir conjeturando en todos los posibles rincones de la infancia desde donde lo descubrí.

Lo tenebroso de la vida se abre espacio sobre la imaginación inmensa de un infante. Imaginación que trágicamente se cierne en una realidad peor que la dimensionada…
Piezas, muñecas, sábanas, que eran mías, abrigaban y cobijaron los gritos del tiempo. Vidrios empapados, lágrimas sureñas, nubosidad desesperanzada aumentada por la mente de un niño que, con el paso del tiempo, deforme recuerda cualquier cosa mientras su pecho recuerda sólo el frío que a un niño le deja el miedo de una vida incomprensible.

Avergonzada de mi, de mis recuerdos, el contexto arribista de los pequeños pueblos me molesta en la cabeza, la mochila del rico ignorante junto con el retraso del pobre que no se respeta a si mismo me grita: MIERDA, DI MIERDA CON DECENCIA... Dime que no quieres que te aplasten sin sentirte un peón…di que "No estás de acuerdo", utilizando un lenguaje digno…porque ser pobre, porque ser normal, porque ser persona significa saber comunicarse con dignidad.;">


Cómo decir ¿Cómo termino?…Cómo finalizo esto que quiero confesar…
…tengo sed, tengo miedo, mi lengua se muerde, mi lengua se zafa, se contrae en el suelo, se pisa, la operan, se vomita. Reniego de mis pensamientos, sometiéndome a ustedes, me rindo sin quererlo…Porque nací rendida ante el mundo, llorando, gritando, muerta de mi, alejada de mi decisión…porque nadie quiso estar aquí, sé que todos los que se cuestionan la vida pensamos aquello, porque yo soy como todos y como nadie, en tanto, deseo… como quisiera ser única…ser única pero, a la vez, ser comprendida, que deseo más absurdo, porque para ser único deben no entenderte, ser fuera del sistema, volar, atravesar, ser concreto y terrenal a la vez…

Por esto, concluyo que es imposible terminar lo que intente comenzar a contarles… ¿Quién soy?


Nessun commento: