martedì, aprile 22, 2008
ascotú inconexo
La fealdad que algunas llaman, otros usan para albergarlos como admirables.
Oportunismos para pobres, gratificación básica para los plastificados.
La oportunidad de compararnos con la masa "maloliente" me recuerda a los besos místicos de aquel amigo sin sentido que un día dijo estar por siempre, hoy, remecido sobre el recuerdo y aturdido en su blasfemia, me mira recordando un pasado amable y no tan gris.
La fealdad del orgullo se olvida de la realidad, el idealismo llama a los seres a verse diferentes, el tiempo quiere que la integridad se tinte de borgoña para que se olvide de la infidelidad que ha violado su miembro masculino.
Y creo que mi gente está maldita, pútrida, mal enseñada, llena de odio, rencor y de una mierda frenética llamada venganza.
No nos queda nada, ni siquiera la verdad existe, la justicia vale poco, los anti-conservadurismos tampoco llenan nuestros consultorios con calidad y sanidad, pero si nos quitan libertad y esperan que nos llenemos de hijos sin tener trabajo.
Sólo quisiera un minuto de silencio, por aquellos que esperan más de lo que una simple negativista escribe, por mi corriente de ideas, por el torbellino de "caca" de algún programa noventero, por la sensibilidad exacerbada, por esa intranquila cabeza, por mi.
Así, mañana, la fealdad que algunas llevan será albergada como tal y no usada en contra de lo que existe como su contrario.
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