Es mi enfermedad, que me toma y se conecta, se desparrama y me sacude. Cuento que entre sueños, todos los temores se burlan de mis esperanzas. Me acarician y me asustan, me abrazan y huyen, me gritan y me quieren…
Mi habilidad no entiende, mi suerte no cuenta, mi enfermedad lo es todo, porque todo lo infecta, todo lo incluye y todo lo aplasta. Mis manos no sanan, mi cuerpo no cicatriza, se hace pedazos, de destila un dolor entre mi piel y mi mente, un temor que destierra al cariño, desconociendo al futuro, llamándolo a no regresar, aunque no suceda, lo aleja, le grita, lo ahuyenta…
Es mi padecimiento, mi madurez, mi camino, mis oportunidades, lo que más infeliz me hace. Cada puerta que hoy se abre ante mí, que me llama y me invita... lo que más me aleja de lo que realmente me importa…
Oportunidad tras oportunidad marchitan mis expectativas, mis deseos de que todo sea pasado aumenta, mas, de repente, amanezco durmiendo junto a las esperanzas, amanezco quebrada sobre mis recuerdos, sobre mi misma, mirando mis temores, besando mis cariños, esos que no están, fugados de mi piel, de mi cuarto, de mi ánimo...
Se expande, a diario, minuto a minuto, esa enfermedad mía, esa que nació de mí, esa malvada que sé me hará suya hasta hacerme desaparecer ...
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