Siempre me dijeron que Estados Unidos de esas Américas era
Nunca fui a un McDonals cuando niña. Creo que la primera vez fue hace unos dos o tres años estando acá en Santiago, sinceramente, no me causó ni sorpresa ni maravilla, ni sentí que me había perdido de lo más sabroso del planeta…Recuero, que incluso yo evitaba conscientemente esos lugares porque realmente confiaba en eso que me enseñaron desde niña, aparte me imaginaba a puros gordos llenos de grasa comiendo sentados sobre sus dos traseros... Un día, fuí y creo que alguien me dijo, algo así como: ¿Nunca habías venido? que terrible tu infancia, que crueles tus padres…
La verdad, sentí algo así como rareza en sus palabras, lo encontré super estúpido, sólo dejé que me hablara y no tenía interés de rebatirlo. Sólo puedo decir que es imposible tener pena de algo que nunca ha formado parte de ti, es casi como lamentar que haya muerto Cristo, bueno, en mi caso…no sé ustedes…
Con el paso del tiempo, he conocido a gente que concuerda con esas pequeñas enseñanzas de almuerzo en donde las críticas políticas al mundo cruel y empresarial nos decían que la obesidad mental de esos gringos go home era lo peor que nos podrían traer.
Recuerdo cuando comenzaron a abrirse los Malls en
Fui tan feliz, aunque me tiraran el pelo, me dijeran garabatos, jugaba y no tenía Nintendo, no tuve nada de eso que los gringos importaban al país. Repito, en mi casa no lo permitían. Era sana, atlética, pasaba con mis rodillas con sangre, me subía a los árboles, jugaba con barro, hacía piruetas en fierros sin columpios. Mientras que los niños hijos del bendito libre mercado comían helado mientras jugaban gordos y felices en sus casas. Bueno, era triste cuando llovía, porque no podía salir, sin embargo, siempre hacíamos cosas que distraían mi aburrimiento momentáneo.
El chavo del ocho me abría la carcajada infantil, mientras mi hermano me decía “Box Bunny” y uno que otro primo agarraba la misma talla fome para seguir con el jueguito.
Agradezco haber estado bajo un régimen consecuente, bueno, siempre las consecuencias en un contexto tan flexible, políticamente hablando, abren algunas excepciones, pero me gusta tener esta consciencia de lo que vale hongo. y lo que no tanto.
Me encantaban las gringas Merrie Melodies, el Pato Lucas, el Gato Felix, etc…esas lindas caricaturas cuadro a cuadro que te hacían mirarlos con la boca abierta de lo estúpido que te ponían al sentirte parte de ese mundo de fantasías y colores, te hacían olvidar la tarea, ir a comer, ceder el sillón del tata, lavarte los dientes, tomarte las vitaminas o cualquier cosa, tantas tonterías que abundan en el mundo humano.
Algo que creo nunca se irá de mi inconsciente y que sé muchos también lo tienen, es que cada vez que veo algo imbécil en la televisión y sale lengua inglesa, no me sorprende, es como natural que los norteamericanos hagan tonteras, Jackass (programa favorito de muchos hombres en su tiempo niños). Cómo olvidarlo, la imbecilidad es atribuida a esa sociedad viciada, no me extraña que reelijan a asesinos que brillan por su falta de carisma. Es como mirar a un lago lleno de obesos flotando uno junto al otro por esa tensión que la grasa provoca entre cada uno, podrían casi levitar en su gordura, comiendo y comiendo mierda, felices, batiendo récords, y rascándose la raja mientras se tiran peos y comen.
Que bonito, podría hacer un cortometraje de eso…gordos, helados, le agregaría unos colales y pechos bien gordos y un gran pero gran anuncio... para rematar la obra maestra......la verdad no.
Con el tiempo he ido aprendiendo tantas cosas que no importan, pero que sirven para diferenciar ciertos conceptos de otros. La verdad, me he dado cuenta de como nosotros, como latinos, nos hemos ido tratando de parecer desde el inconsciente con ellos…a veces, incluso yo, esta misma loca que critica tanto, también dice “wait” o no sé uso algún slang pegado de esos simios de ojos claros que en este preciso momento no me acuerdo. Asimismo, todas las tontonas teñidas en su mayoría, ya no son las abuelitas que se tiñen rubias para disimular las arrugas, sino las aspiracionales y las no tanto que, aunque tengan las cejas negras, se tiñen igual, otras afinan la voz para aparentar y/o usan la papita en la boca para recalcar ese acento mezclado con el inglés que en realidad es como del sonido de un pavo real cagando, en algunas mujeres suena así, en otras sólo es como “cuico”.
Pero, que vergüenza me da que en menos de 20 años esta sociedad se ha ido transformando en una mierda.
Yo jugué rayuela, en el sur, para los 18 en donde vivían mis abuelos, hacían juegos típicos con harina, sacos y arrollados, que he ido olvidando pero que están en mi cabeza y los tengo ahí, apretados, orgullosos…
¡A TODO ESTO NO SOY NACIONALISTA! Eso es para estúpidos, soy yo no más, una mujer que no quiere que le metan el dedo en el ojo, o tal vez ni siquiera es el “dedo”, sino otra cosa media filuda, áspera, cuadrada o como sea que quiere hacerme la lobotomía por la buena onda…
Hoy, debo decir que sí me gusta comer pies de manzana fritos de una tienda gringa que no me acuerdo el nombre porque no suelo recordar tonteras (no es broma). Pero no es porque esté de acuerdo con los gringos, o con los bloqueos económicos a los diferentes países que nos llevan a la subida de muchos bienes que podríamos tener a menor costo…No es que esté de acuerdo a la pérdida de la cultura, no avalo ser spanglish, caminar a lo Miami Playa y creerme Thalía o Jlo… Sólo es que, como ya convivo en un país como el mio, con presidentes que han apoyado a asesinos internacionales, pedófilos, en un país con partidos políticos que guardan sus informaciones confidenciales y las sacan al aire para la conveniencia de quien "no" salga elegido, como tolero eso y tendré que aprender a vivir con muchas otras maldiciones más …puedo comerme un pie de manzana en un local de comida rápida sin sentir que soy una mierda estúpida o hija del 666 y/o perra maldita o lo que sea … soy yo, nada más.
Aunque debo confesar, que sería tan feliz sin ninguna de esas plastas, sería como ser niño de nuevo, y andar en bici por los cerros, y comer lo que la tierra tiene para ti, dejar las pizzas, y toda esa basura, sinceramente, aunque soñar es imposible en estos días, a mi no me importa nada de eso…
1 commento:
Sigo identificándome en cada renglón de lo que escribes.
Y es curioso, ya que vivimos a miles de kilometros.
Será que realmente existen más complicidades culturales que las que oficialmente nos repetimos, y basadas en juegos en el barro, en cómo pican los tábanos al lado de los acuces de agua; y sobretoddo en las rodillas peladas y ensangrentadas.
Me gusta leerte y estoy atento.
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